Puede ser un jefe, un hermano, una madre o un amigo, las personas tóxicas están en todos lados y todos hemos sido víctima de una de ellas.
Una persona tóxica es aquella que genera un ambiente negativo, pesado y de conflicto latente y permanente. Son manipuladores, controladores, inconvenientes, mal intencionados, irrespetuosos e incluso agresivos.
Son personas que buscan sacarnos de nuestras casillas y cuando lo consiguen, nos juzgan cómo si fuésemos nosotros los culpables de la situación.
Están con el ojo en la vida de los demás y sus comentarios siempre se dirigen a la crítica o a la difamación. Son personas chismosas que hablan mal del que no está y cuando tú no estás, así también habla de ti.
El problema principal, no es conocer un tóxico, sino tener que convivir con él (o con ella). Su energía nos contagia y siempre acaba arruinándonos el momento.
¿Cómo liberarte de una persona tóxica?
Aprender a decir "No": No te sientas culpable por negarte a participar en situaciones que te hagan sentir incómoda. Tu mereces disfrutar momentos agradables y quien no lo entienda no puede pertenecer a tu círculo de confianza.
Establecer límites claros: Existen cosas que se pueden hacer y otras que no. Cuando sientas que alguien sobrepasó el límite, ¡dilo! con respeto y buenos modales, sin gritar ni hacer escándalo, pero con la claridad y la firmeza necesarias para que no queden dudas que no volverás a soportar ese tipo de comportamiento.
Reduce el contacto: Si la persona no cambia, si la persona sigue faltándote el respeto (al no respetar los límites impuestos) llegó la hora tomar distancia. A veces, la distancia física no es posible, pero la distancia mental sí lo es. Solo existe a lo que uno le pone atención, no pierdas tu tiempo interactuando con un tóxico, tu ya sabes lo que viene de ahí.
No te sientas culpable: “¡Hola perdida, ya no te acuerdas de mi!”, “¡no me llamaste más!” y otras tantas frases son las elegidas por los tóxicos para hacernos sentir mal por habernos alejado. Puede ser que te culpen y te hagan sentir responsables de su soledad o de su mala fortuna, todo es válido para arrastrarte otra vez a esa energía negativa. ¡No bajes la guardia!
Si no puedes sola, busca apoyo: A veces la situación no es tan simple y todo lo que intentas acaba fallando, es en ese momento donde no debes perder las esperanzas y buscar ayuda. Por difícil que parezca, siempre hay una forma de resolver los problemas, a esta altura, las charlas con familiares o amigos ya no son suficientes, por eso acércate a un profesional de confianza que pueda guiarte.
Liberarse de un tóxico no es fácil, pero es posible. Con paciencia, firmeza y el apoyo adecuado, puedes proteger tu bienestar emocional y construir relaciones sanas. En el Club Tengo Un Plan! encontrarás un grupo de profesionales dispuestos a ayudarte en todo momento. No sigas mal gastando tu tiempo con un problema que tiene solución.
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